Para Gritarlo con el Alma

Si hay un Celeste que dice que este no es el partido del año, está muy equivocado, el partido con colo colo desde 1955 es el partido más esperado por la ciudad, ya desde los inicios Celestes se vibraba con este encuentro y en aquel primer encuentro en Rancagua tendríamos una alegría con el triunfo por 3 a 1.
Más de 50 años han pasado y este año el partido era muy especial, la Celeste necesitaba ganar para alejar cualquier fantasma del descenso, y por su lado los capitalinos necesitaban el triunfo para seguir dependiendo de ellos mismos para la obtención del campeonato, y por consiguiente mantener contenta a su exitista gente.
Y recordé mis primeras idas al teniente para enfrentar a los indios, tiempos en lo que lo normal era el triunfo, acompañado de mucho sufrimiento y mucha emoción. Para este partido la tarea era motivar a la gente a acompañar a la Celeste, por mi lado invite a mi hermana, sobrina, sobrino para que vivieran lo que según yo sería un triunfo.


Llegó el día y había que armar la fiesta, adornar la galería y preparar una salida que motivará no tan solo a nuestros jugadores, sino a toda la hinchada a alentar al equipo para ir tras el triunfo.
La Celeste abría la cuenta con un golazo de Teuber, locura total en la angostura y la mayor parte del estadio se llenaba de alegría, se pudo aumentar la cuenta, pero el primer tiempo terminaba con la ventaja mínima.
En el segundo tiempo mis sobrinos me acompañaron en la barra para alentar y apenas empezaba el complemento lo empataba colo colo, pero la tarde estaba para ser pintada de Celeste y vendría el 2 a 1 cuando Ojeda la manda al fondo el balón tras capitalizar un tiro en el palo, alegría total, nos fundimos en un abrazo eterno con mis sobrinos, la galería era un carnaval, Rancagua era una fiesta.
Se acercaba el final del partido la fiesta y el aliento de la hinchada rancagüina se hacía cada vez más grande, O´Higgins aseguraba la permanencia y esta jornada será recordada por muchos años por varias generaciones, el partido más esperado del año se ganaba en la cancha y en el aliento, una gran alegría para un año en general que es para el olvido.